Constitución vaselina, según José Marín

Constitución vaselina

Partiendo de la base del acercamiento a la materia, de forma gatuna e ignorante, me pregunto: ¿Si la justicia emana del pueblo dónde queda el pueblo si se pretende que sea el propio poder judicial quien elija a su órgano administrativo, el Consejo General del Poder Judicial? No lo sé, pero no suena muy constitucional esto.

Emana del pueblo, retirado el pueblo, no emana, si no emana no hay justicia, si no hay justicia, estaba tomando cañas lerelerele…

No sé si la opción de elegir directamente, a través del pueblo, a los miembros del Consejo del Poder Judicial, previa breve campaña informativa de los miembros que se vayan a presentar, es buena para que sea el pueblo quien esparza su sentir propio en el consejo, pues, al fin y al cabo, ideología tienen y tenemos todos y todas, como culos. Pero ya no sería el parlamento quien directamente eligiera a los miembros del poder judicial o a una parte de ellos, sería otra fórmula, aunque la pereza democrática que produce este tipo de ideas, supongo, en la mayoría, nos lleva al bostezo más grande del mundo.

Los retrasos en la renovación del Consejo General del Poder Judicial han sido muchos más prolongados en los momentos donde el PP ha estado en la oposición: 22 meses, 3 años y 9 meses. Los datos están ahí, objetivos, busquen si les apetece. Sin contar el gran retraso que todavía sigue vigente.

Al no existir contrapeso, legalidad que circunscriba este menester, ni medida que obligue bajo amenaza de destitución inmediata a los bloqueantes, la historia continúa sine die. Colocar en la misma línea de flotación a los dos partidos mayoritarios con respecto a los bloqueos en la elección del Consejo del Poder Judicial es una igualación ‘Cosidó’.

La transición en España no fue como quien vacía una piscina de agua podrida, la limpia y la vuelve a llenar de agua democrática purificada. Lo que sí parece es que quienes estuvieron chupando de todos los botes franquistas fueron blanqueados y condecorados, depilados y bien afeitados, y así siguen hasta nuestros días, chupando. Todavía quedan muchos años para que la pastillica del 78 haga su efecto. O es que, por ejemplo, esto de utilizar las instituciones públicas, los cuerpos y fuerzas de seguridad para espiar, para robar información, sin disimulo y a ojos de la opinión pública, a calzón bajado, ¿esto de dónde viene? Esto no son cloacas del Estado, estas son conductas de personas que durante muchos años han vivido y sentido por encima del bien y del mal; ni Constitución ni hostias, y con la biblia y una réplica de la Catedral de Santiago colgada al cuello siguen actuando así porque sus huevos están por encima de cualquiera. Y esto permea en la sociedad o en gran parte de ella, pero no para castigar estas conductas y no votar a los políticos y a los partidos a los que pertenecen los que hacen eso y mandarlos a Sierra Morena, sino para adquirir conciencia de que todos podemos mamar y ser mamados.

También los medios de comunicación intentan lamer de este bonito pastel. Las empresas que hay detrás de los mismos mueven los hilos para impactar según sus intereses en la opinión pública. Que se lo digan a uno que fue director de El País. Traten de buscar a quiénes están detrás de los grandes medios de comunicación en España y saquen sus propias conclusiones. Lo del derecho a recibir información veraz también viene reflejado en la Constitución, pero esto todavía está en tránsito.

Para partidos políticos llenos de amor: Vox. Para partidos políticos que se saben de pe a pa la Constitución PP. El segundo hablando noche y día de la lista más votada, en su papel de ignorar a gran parte del pueblo, en una especie de disonancia cognitiva o un trastorno de identidad disociativo digno de un estudio psiquiátrico. Para algunos, origen de la bacteria que hizo cada vez más fuerte al independentismo, pero sin tener ni puta idea de antibióticos. Ellos y ellas mismas se tatúan en la piel lo que son por lo que hacen o dicen, aunque la saña con la que se ataca a unos y a otros también difiere en cantidad y calidad, solo basta asomarse un poco a las redes sociales. Da miedo.

Los primeros son grandes constitucionalistas, defensores a ultranza de los derechos humanos, protectores de los débiles, de los que se sienten distintos, de las mujeres que sufren infinitamente más que los hombres, mujeres que sufren muerte y palos por todos lados; pero sus palabras son de alivio para ellas, se les tiene una consideración específica y no se las asimila en una violencia general. Son los San Pedros posmodernos, aquellos que están a pie de fosa común en Pico Reja, con la mirada perdida ante tal monumental atrocidad, llorando a lágrima viva y con el teléfono en la mano para llamar en cuanto sepan algo de Eusebio, fusilado porque sí, y sobran las razones, cuyos restos quisiera dar santa sepultura su nieta, Marta, atenta a su móvil. Adalides de los hilos que unen a toda España, con sus inmigrantes, aportando datos más que objetivos en sus medios de comunicación afines, respetando siempre el derecho a darnos una información veraz, sobre las paguicas que se dan a los emigrantes con papeles y sin papeles, ¿sin papeles? Sobre la violencia machista, sobre la ocupación de viviendas, sobre el cambio climático y sobre educación y ciudades amigas de UNICEF.

Es una auténtica pena que Fraga, ojo, Fraga y compañía no previesen medidas cohete en la Constitución para que salieran disparadas todas las personas con peso en la opinión pública que mienten (lo mismo no quedaba ni el tato, pero mentir no se puede); declarar inconstitucionales partidos políticos corruptos y mafiosos, xenófobos y racistas; declarar el cierre inmediato de medios de comunicación que difundan bulos (de aquí al futuro ni un bulo); y jueces de ciencia ficción que desgastan y malgastan energías de otros muchos en perseguir humo, dirigidos por aquellos corruptos asquerosos. ¿Os que preferís que se mienta a troche y moche y que no pase nada? Tenían que haber dejado previsto, y provisto de buenas herramientas, ayudas a todas esas familias que, mientras se apuraba el último anís antes del apretón de manos definitivo, tenían los huesos ocultos bajo tierra de sus familiares en cualquier otra parte. ¿Por qué no se hizo esto? ¿Por amnesia? ¿Por qué al fin y al cabo lo que hubo fue una continuidad de lo que había?

“La armonía total de este mundo está formada por una natural aglomeración de discordancias” (Séneca). Pero, vamos, sin abusar.